¿Qué quieres ser de mayor?

¿A quién no le han hecho ésta pregunta en su infancia? Azafata, médico, peluquera y un gran etc. de respuestas emitidas sin ningún fundamento de peso, basadas únicamente en la inocencia. Después van pasando los años y nuestras respuestas cambian, siendo conscientes de que, en muchos casos, lo que pensábamos de niños poco se asemeja a la realidad que estamos viviendo.

A los años les siguen las décadas, sin apenas darnos cuenta. Y ya está, nos olvidamos de esa pregunta para siempre; como si no fuésemos capaces de cambiar algunos aspectos de nuestra vida que nos ayuden cuando de verdad seamos mayores.

Sabemos que hay ciertas cuestiones de salud que, aunque intentemos prevenirlas, no las podemos controlar; pero también hay aspectos que están en nuestra mano (como la actitud) que propician un envejecimiento saludable, haciendo agradable y satisfactoria esta etapa de la vida. Por ello es necesario plantearse de nuevo la pregunta a cualquier edad:

¿Qué quiero ser de mayor?

• Quiero ser una persona activa, tanto a nivel físico como cognitivo, para sentirme útil. Una persona que haga ejercicio físico, en casa o en la calle, y se ejercite a nivel mental, leyendo o asistiendo a esos cursos y charlas que tanto me gustan.
• Quiero ser una persona que no se aísle, que quede con las amistades para pasar un buen rato y, si no es posible que disfrute con los familiares o vecinos.
• Quiero ser una buena compañía y no aburrir a los demás monopolizando la conversación con mis continuas quejas o enfermedades.
• Quiero ser una persona presumida y, aunque no salga a la calle, prepararme al levantarme y sentirme bien por recibir un nuevo día.
• Quiero ser una persona optimista que, con mis achaques y problemas, pueda disfrutar del presente, del privilegio de estar aquí, sin añorar continuamente el pasado, que sea capaz de fijarme en lo que puedo hacer en vez de en lo que ya no puedo, en lo que soy y no en lo que un día fui.

Y tú; ¿qué quieres ser de mayor?