"Tenemos hábitos mentales negativos que surgen una y otra vez. Uno de los hábitos negativos más relevante es permitir que nuestra mente se proyecte constantemente hacia el futuro. Tal vez lo heredamos de nuestros padres. Impulsados por nuestras preocupaciones somos incapaces de vivir plena y felizmente en el presente"
Pasamos gran parte de nuestra vida buscando la felicidad sin ver que el mundo de nuestro alrededor está lleno a rebosar de maravillas. Estar vivos y caminar por la Tierra es todo un milagro y, sin embargo, la mayoría de las personas persiguen una cosa tras otra para gozar de una mejor situación. La belleza nos está llamando cada día, a cada hora, pero raras veces le prestamos oídos.
El silencio interior es esencial para poder oír la llamada de la belleza y responder a ella. Si en nuestro interior no hay silencio, si nuestra mente, nuestro cuerpo, están llenos de ruido, no oiremos la llamada de la belleza”.
Thich Nhat Hanh
Mindfulness o atención plena es un término que se refiere a la práctica meditativa que consiste en ejercitar la consciencia al prestar atención a la experiencia del momento presente, sin juzgar, evaluar o reaccionar, independientemente de que sea placentero o no.
Una de las figuras más representativas de mindfulness en occidente es Jon Kabat-Zinn (profesor emérito en medicina), al difundir el uso de la meditación de atención plena como terapia clínica y en otros ámbitos. Sus programas están enfocados en la interrelación entre cuerpo y mente y en cómo la gestión de los procesos mentales y de las emociones disminuyen los niveles de estrés y ansiedad.
No podemos entender que mindfulness es solo una práctica meditativa, ya que trata de mejorar el bienestar personal y grupal mediante el desarrollo de ciertas actitudes tales como la paciencia, la aceptación, la apertura, la no reactividad, la bondad y la amabilidad. Para ello, se basa en la filosofía y en algunas técnicas meditativas budistas, dejando de lado cualquier aspecto religioso.
Actualmente hay numerosos estudios que demuestran una clara mejoría en las personas que realizan un programa basado en mindfulness. Desde hace ya años la neurociencia se está ocupando de estudiar los efectos que su práctica produce en el cerebro. Cada vez son más abundantes las investigaciones que demuestran con sus resultados cómo cambia la estructura y la funcionalidad del cerebro mientras se medita, y cómo esos cambios repercuten y se mantienen en nuestra personalidad y comportamiento.
Según Jon Kabat – Zinn: “Existen tres disciplinas científicas que demuestran los efectos beneficiosos sobre nuestro cuerpo, la primera es la neuroplasticidad, que demuestra que el ‘mindfulness’ puede modificar no solo la actividad del cerebro, sino también el grosor de determinadas regiones y la conectividad funcional que repercute directamente en la regulación de nuestras emociones, el control de estrés y la ansiedad, la atención... También está la Epigenética, que supuso el descubrimiento de cómo las emociones afectan a nuestras conductas. La tercera estudia el envejecimiento celular. Lo que hace el ‘mindfulness’ es cambiar la relación que tenemos con el estrés, que afecta a todos estos ámbitos, y que repercute en nuestro estado de salud.
Todas las meditaciones se centran en poner atención, enfocarla de un modo u otro. El ‘mindfulness’ es una forma más general de meditación, no se intenta alcanzar un estado concreto, ni se pretende llegar a ningún sitio. En realidad, lo único que hay que hacer es no hacer nada, solo experimentar lo que sucede en nuestra mente y cómo esto se relaciona con todo lo que ocurre a nuestro alrededor. Lo más importante no es el objeto, sino el propio hecho de atenderse a uno mismo y sobre todo, el darse cuenta de que no somos nuestros pensamientos. Por el contrario, nuestra mente puede llegar a controlarnos por completo, y es entonces cuando surge la ansiedad, la depresión, el estrés…”.
La práctica regular de mindfulness, aporta diversos beneficios. Los más generales son los siguientes:
-Mejora del bienestar personal (mental y emocional).
-Mejoran la atención y concentración.
-Disminuye la ansiedad, minimizando sus efectos negativos.
-Ayuda a controlar los pensamientos negativos recurrentes.
-Mayor equilibrio y menor reactividad emocional.
-Mejora de la autoestima, minimizando el malestar emocional y generando emociones positivas.
-Ayuda a aceptar las cosas como son.
-Mayor conciencia de los juicios.
-Ayuda con los problemas de insomnio.
-Ayuda a ser más consciente del momento presente y a disfrutar de él.
-Ayuda a sobrellevar el dolor crónico.
-Mejora las relaciones con los demás
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